Antonio Esteva BIO

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La voz del fútbol en Atresmedia lleva ligado a las retransmisiones deportivas desde siempre. La Champions League, La Liga más vista en abierto en España, Mundiales de fútbol, Copa del Rey, Copa de la UEFA, Copa de Inglaterra, Liga Adelante, Mundiales sub20, sub 17, Eurocopas Sub 19, Sub 17... Mundiales de Baloncesto, Eurobaskets, Masters de Tenis, el motor de la GP2 o la F1 del Aire son solo algunos de los principales eventos deportivos a los que Esteva ha puesto voz, cara y dirección en sus casi 20 años de carrera profesional. Se considera un loco de la comunicación y el deporte. También ha trabajado TVE (presentador de informativos del canal 24 horas), colaborador de la revista oficial de la NBA y en medios como Cadena SER (ha formado parte de ‘Carrusel deportivo’), Real Madrid TV, laSexta (presentador de laSexta Deportes desde su inicio y de ‘Minuto y resultado’) y ahora en Atresmedia como presentador de informativos y programas, reportero y narrador de un sinfín de partidos. Es colaborador habitual de RadioMarca y Onda Cero.

miércoles, 6 de abril de 2016

POR UNA PRIMERA VEZ



Guardiola, Zidane, Blanc, Simeone…pero también el Barça, el PSG, el City e incluso el Benfica. ¿Por qué no el Atleti y su roca, el alma del Calderón?. A todos le une una línea más allá del destino. Cualquiera de ellos va rumbo a la Historia. A la suya y a la del torneo más fascinante que existe: la Champions.

Será la primera de Guardiola fuera del Pep Team, de Zidane como jefe del vestuario blanco, de Blanc, campeón de todo con Francia, del apasionado Cholo Simeone bajo la luz del milagro de los penaltis dos años seguidos…Del PSG o el City, equipos vírgenes, piezas de oro macizo aún por cotizar en el mercado de los títulos. Pero hay mucho más: La vieja ánfora que aquel Benfica del mítico Eusebio levantó dos veces consecutivas tras vencer a Barcelona y Real Madrid en los 60. Un campeón maldito desde entonces por su técnico y mentor Bela Gutmann a su marcha: “sin mí, no ganaréis un título europeo en 100 años”.  Y ya han perdido 8 finales -5 Copas de Europa y 3 Uefas- desde entonces…Una dinastía incipiente, heredera directa de la del Madrid de Di Stéfano, sepultada durante décadas en pleno apogeo. Este año en Lisboa, las águilas pretenden continuar su vuelo contra todo pronóstico ante el Bayern, contra un maleficio que dura ya más de medio siglo.

Con o sin hechizos, el corte de Octavos ha vuelto a demostrar que no hay nada ganado por plantilla, presupuesto, ventaja en la ida…ni siquiera por, y exclusivamente, por fútbol. Hay algo más y va más allá de la suerte o la fortuna. Hablamos del Factor Emocional: el deseo que metió al Bayern contra la Juve cuando sonaba la campana en el ring de Munich. La resistencia moral del Atlético o cuando el público es tu mejor aliado para desenredar los nervios de una tanda al límite del error.

El Wolfsburgo

No hace falta pensar en lo del Schalke04. Aquella noche fue demasiado oscura y larga para un Bernabéu que daba por sentado un fácil pase de los suyos tras la ventaja de la ida, en Alemania.  El pase llegó pero, con él, las dudas para el aspirante. Cada partido moldea el ánimo de los equipos, los dota de aura, un traje con el que también salen a competir.
El Decacampeón frente a un equipo rápido y rotundo. Los lobos de la Volkswagen. Muchos, fuera del Madrid, se dedican a ningunear a un rival que la temporada pasada, con el mismo Dieter Hecking que hoy los dirige, fue subcampeón de la Bundesliga con sólo 8 goles a favor menos que el Bayern. A los bávaros los ganaron por 4 a 1 y fueron los primeros en hacerlo, en romper esa coraza impenetrable, el traje de invencible con el que el equipo de Guardiola se había exhibido por toda Alemania hasta ese momento. Aquel Wolfsburgo los destrozó a la contra. Venció con inteligencia pero desde el corazón, el factor emocional del que hablamos: fue el mejor homenaje a Junior Malanda, su compañero fallecido en accidente de coche antes del partido.
El equipo de Hecking, mejor técnico de la pasada Bundesliga, además ganó un título importante como la Copa alemana ante el Borussia Dortmund, al que fue capaz de vencer también en liga. Cayó en Cuartos de la Europa League ante el candidato Nápoles pero antes había eliminado, tras vencer en los dos partidos de Octavos, al Inter de Milán. Entonces su estrella era Kevin De Bruyne, hoy bajo bandera citizen. Y reemplazarlo sigue siendo su objetivo.

Savia joven. Fortalezas de siempre.

Sin complejos ni nada que perder. Un público que hace de un estadio de talla media, caben 30.000, un ambiente mayúsculo, como casi toda la Bundesliga.

La dupla Draxler-SchÜrrle

Talento puro. Al primero tuve la suerte de verlo cuando tan sólo era infantil en su equipo de siempre: el Schalke 04. Es un 10 que toca y lee, que llega y marca. Fichado por 36 millones de euros con 22 años. Alemán y reemplazo “natural” de De Bruyne porque se mueve en espacios entrelíneas y por todo el frente. El segundo ha tomado horas de vuelo en equipos como el Chelsea y la Selección alemana donde comparte vestuario con el propio Draxler, Kroos u Özil entre otros. Marcó para la campeona del mundo en Brasil 3 tantos. Y es el motivo por el que cambió el sur de Londres por el norte de Alemania. Mou quiso retenerlo en los blues pero Joachim Low lo animó a fichar por el Wolfsburgo: menos mediático pero más minutos en cancha, en el escaparate. Su juego encaja al dedillo con el de su nuevo club: directo y a la carrera. André ahora es libre en tres cuartos. Desde ambos costados conduce, asiste o marca. Se clava en el área rival porque sin el gigante holandés Bas Dost, veremos si llega y cómo al cruce, el Wolfsburgo juega sin 9 referente, con Max Kruse de segundo delantero. Un punzón móvil, inteligente y reactivo al más puro estilo del 7 alemán de toda la vida. Genera espacios para las llegadas en vuelo de SchÜrrle y Draxler o del propio Kruse cuando deja de estar para aparecer. Su mejor virtud junto al golpeo sorpresa.

El balón parado de la zurda suiza de Ricardo Rodríguez, un fajador en el costado izquierdo que protege el balón con su físico al estilo Carvajal, el dinamismo y área de influencia de Guillavogui, exatlético que va y vuelve por la perpendicular del campo de frontal a frontal. Es un equipo construido bajo los viejos pilares del fútbol teutón: intenso e inagotable. La horizontal es cosa del exbávaro Luiz Gustavo.

Vulnerable atrás.

Gustavo, no siempre Guillavogui, ejerce de protector para un eje defensivo que aporta menos seguridad de la deseada para mantener una portería a cero que defiende Casteels. Al belga le gusta mandarla a campo rival para ahorrar riesgos en campo propio. Atrás Naldo cayó lesionado en el hombro contra el Bayern, equipo del que provienen el propio Gustavo y Dante, el central que ordena a voces, ya desde el túnel, y manda la línea de retaguardia muy arriba, hasta casi el centro del campo. Junto a los mediocentros recuperan en territorio propio muy cerca de la frontera y lanzan la contra con menos metros por delante. También ejercen presión alta cuando conviene. Son jóvenes y van bien de “piernas” como se dice en el argot técnico, es decir, fondo físico para elevar una marcha más el partido. Les falta por explotar: el control del tempo, la línea defensiva donde cometen errores en salida de balón, y el disparo de media distancia como recurso, apenas marcan así en Bundesliga. Bas Basgol Dost es de los que se atreven con todo y su más de metro noventa sirve incluso para despistar. La juega con toda la intención y siempre hace daño aunque no moje. En racha, si tiene el día, simplemente imparable.

Los errores a su espalda los pagan y muy caro. Cuando se habla de equipo irregular por resultados se olvida que quien más lo es, es quien más gana y sólo uno, y su rival hasta la última parada, lo han sido durante el curso. Es decir, ser regular y fiable está al alcance de pocos. Este no parece el mejor año en liga del Wolfsburgo pero tampoco lo está siendo del Real Madrid donde Zidane está consiguiendo fondo de armario: un complemento, una prenda para cada ocasión. Casemiro es el mejor ejemplo, porque “cada partido es diferente” como reitera el héroe de la Novena.  También profundidad de banquillo: “Los quiero a todos” responde Zizou cada vez que lo instan a dar sus elegidos como si la Copa de Europa se ganase con un único once. Y ante el momento de forma y las lesiones de los teóricos principales, el galo está estirando una plantilla diseñada precisamente para eso: crecer y durar. Jóvenes con talento a los que se pide hambre y evolución en el club que más se exige a sí mismo. Hoy a nadie sorprende ya la talla futbolística de Lucas Vázquez o Keylor Navas y la omnipresencia del diminuto Luca pero gigante Modric.
Las diferencias se siguen marcando en las áreas. Muchos juegan, algunos deciden pero para todos cada choque, cada cruce, significa sobre todo oportunidad. Para el Madrid: demostrar que su hegemonía europea continúa. Para el Barcelona: que él es el primero en levantar dos Champions seguidas.  Para el Atleti: que a la tercera va la vencida y el Cholismo llega a lo más alto. Una jugada, un solo minuto puede ser suficiente para cumplir, por primera vez, el sueño de todos.

  
  


sábado, 9 de enero de 2016

Y ENTONCES. SÓLO ENTONCES...

ZINEDINE YAZID ZIDANE por @adacastaneda73


Pocas veces reconoces estar ante él, en sus manos. En ocasiones llama a la puerta. Puede que simplemente irrumpa…tirándola abajo. Es él. Y aquella agitada y húmeda noche de Mayo sucedió.

En ese mismo lugar todavía quedan las huellas. Los ecos de la mejor de todas las finales de la Copa de Europa. Cuatro cambiantes décadas que sirven de recordatorio más que de recuerdo. Algo por lo que reconocer y amar la belleza de lo que llamamos fútbol pero que, seguramente, trascienda más allá.
Aquella final del 60 se ha emitido por la cadena BBC cada Navidad desde entonces. Dos equipos sin ataduras volaron para alcanzar un cifra tan redonda como desigual: 10 goles. El 7-3 del Madrid de Di Stéfano y Puskas al Eintratch de Frankfurt. Lo llamaron El Mejor Partido de Todos los Tiempos…

El tiempo quiso que casi medio siglo después, y en el mismo Hampden Park,  el Madrid se midiese otra vez frente al espejo alemán. El sinónimo y el reflejo del poderío y la tenacidad sin reservas.

Con el partido camino a la prórroga, la incómoda trinchera donde caer o mantenerse todavía con vida en el campo de batalla, llegó Él. Un gol que decide quién es el ganador del último duelo. Vencer es la consecuencia pero, la realidad de ese momento, nos cuenta mucho mas: Un balón al aire, impulsado desde el cañón de Roberto Carlos, como una moneda…justo al corazón del área…Tardó en caer casi tres interminables segundos. Y allí, a su encuentro, bajo la fina lluvia de Glasgow, una estatua perfecta con el rictus de una esfinge, la zurda de un diestro convertida en latigazo imposible hacia el portal alemán…
La volea de Zidane es una resplandeciente dosis de inspiración y osadía a la física. Pero es, sobre todo lo demás, el shock. Un parpadeo que nos sacude a todos antes de llegar a comprender ese presente que ya es historia…
Nadie esperaba tal culminación. Quizá solo Yazid, en casa siempre llamaron a Zidane por su segundo nombre, creyó en ella con la fe de ese niño que aún llevaba dentro. Que siempre lo impelía. Con la determinación de quien aprendió en la calle. A sobrevivir. A destacar por ofrecer algo distinto. Y así celebró Zizou el Mejor Gol de una Final de Champions: con un “toma!” mientras correteaba sin rumbo fijo con su tímida sonrisa. Era más que nunca Yazid, el pequeño de aquellos patios prohibidos, furtivos de La Castellane: Un reducto, casi un agujero, en la Marsella más marginal. La Ciudad sin nombre para quienes la repudiaban en Francia…la Ciudad que da nombre al Himno Nacional del País de la Égalité. El talento nos hace libres. Y ese talento, como el corazón o el alma, no entiende de fronteras o de colores.

Con tal mezcla asistimos al final de un guión inimaginable, “casualmente” una noche de Mayo, con el ocaso de la Primavera. Una crónica escrita en vivo basada en un solo instante: Un golpe mágico, armonioso, certero.
El antes y el después solo lo custodiaban. Fue el entonces, el durante…Delante de mis ojos…Fue Fútbol: La Vida en 90 minutos.

lunes, 23 de noviembre de 2015

LA PROMESA


He fallado. Veintiséis veces mis compañeros me confiaron la jugada que decidía el partido… y la fallé. He fallado una, y otra y otra vez en mi vida. Y es por eso…que tengo éxito.

El Michael Jordan más humano aparecía así en el comercial de sus zapatillas en 1998. Estaba en la cúspide, embebido en el triunfo y las victorias incesantes. Al frente de un equipo, los Bulls, que por fin encarnaban con honor el significado de su apodo: el Toro simboliza el poder y la fuerza. Pero también, y en función de la cultura, el instinto más primario, nuestra verdadera naturaleza…Como la del propio Jordan en su apogeo: un ganador desde la derrota.

Tardó siete frustrantes años en colocar en uno de sus dedos el primer Anillo de Campeón de la NBA. No hay éxito sin sacrificio, sin fracaso previo, sin lucha. En muchas ocasiones se libra dentro de uno mismo. Así funcionan los deportistas de élite. Sus fantasmas, sus temores afloran en los momentos menos sospechados. Así es la Champions.

Cazadores de sueños

Johan Cruyff. Foto Mediazines
La mente es el mejor “músculo” de todos y cada uno de los líderes de los vestuarios con más talento junto que se pueda evocar. Hablamos de recintos casi sagrados para los fans pero sobre todo para sus inquilinos, todos de paso. Todos, con el deseo de ver su huella allí. Para el mañana.
El hacia delante es una fórmula que de un modo u otro utilizan casi todos los “padres” de los vestuarios de los que hablamos. Desde el prosaico partido a partido del Cholo en estos años, el romántico salid y disfrutad de Cruyff ante la final de Wembley, o el terrenal cuanto más trabajas, más suerte tienes de Benítez tras la mítica e inimaginable remontada del Liverpool en la final de Estambul con 3-0 al descanso. Todos lo saben.


El presente construye el futuro

“La intensidad tiene que estar presente en todo lo que hagamos. El jugador es egoísta, pero sabe que tiene que entrenarse bien para poder competir” Habla el técnico más exitoso la pasada temporada. El vencedor de la Champions, de la mejor Liga del mundo probablemente y además de la Copa del mismo país. Un entrenador que antes fue jugador de élite, que conoce aquello que se cuece, y a veces escuece también, dentro de un gran colectivo como el del Barça. 

Foto cortesía de Mediazines

Luis Enrique pronunció esta declaración de intenciones el mismo día de su presentación ante doscientos periodistas de todo el mundo. Lo hizo el 21 de mayo de 2014…Un año antes de conquistar al Camp Nou con el Triplete…Un año de tropiezos y amarguras. De roces y desgaste. De silencios con Messi, y luto por la destitución de Zubi, su valedor en la que considera su casa. En 12 meses pasó de estar al borde del acantilado a rey de la colina. Y no solo ocurre en el FC Barcelona…

El tiempo es el mejor resultado


Pep. Foto cortesía Mediazines
En un juego con pasado pero sin memoria, un juego que levanta colosos mientras derriba ídolos, poco margen queda para el apego. El juicio es constante y permanente. Eso es lo único que no caduca para un equipo, un entrenador o un jugador durante una temporada. Desde fuera o desde dentro.
Pasó con Ancelotti y su Real Madrid: el de la Décima…y también el del bajón de rendimiento durante sus últimos meses en el cargo tras un inicio de temporada demoledor. Nadie escapa a las rachas, al cambio del viento que puede mandar la nave a una deriva ingobernable.


Estamos en la fase previa, la que concluye en diciembre. Tras ella un parón de dos meses hasta los cruces definitivos de Octavos ya en febrero. Y ahí se acaba el margen de error. Tan estrecho como un hilo, tan cerca y tan lejos del éxito y el fracaso del que hablaba Jordan. Recuerden al Barça de las dos caras, de Luis Enrique. El Madrid mutante de Carlo, el pacificador, Ancelotti. O al Bayern de Pep en las últimas semifinales, un gigante embarrado a los pies de Messi…

Annus horribilis. Annus mirabilis

Lewandowski. Foto cortesía Mediazines

Son solo algunos ejemplos del ayer. Hoy nos llega un reflejo distinto: El brillo teutón de una nueva amenaza desde Múnich con cada golpe de Lewandowski y Douglas Costa. El de un Madrid al que Benítez da forma y patrón, confeccionado para ganar y perdurar, pero descosido desfile a desfile por las lesiones de sus principales diseños nada más comenzar...como el Barça que soñaba con repetir los 6 títulos en una sola temporada, y el sueño se quedó en una noche de verano…Pasa también con el Rey vigente en Inglaterra: Mourinho I de Chelsea. Sus planes en casa, al traste en solo unos meses…

Todavía queda un mundo por recorrer. Las temporadas son como esa foto que imaginan en el Meridiano de Greenwich o en el Ecuador, con un pie en cada lado y el cuerpo en mitad de esa línea imaginaria. El primero marca el final y el inicio de un día en el planeta, el segundo lo separa en dos: Norte y Sur.

En las Grandes Ligas, en nuestra Champions ya ha ocurrido en el pasado y puede volver a repetirse como estamos viendo. La línea es el parón invernal que coincide con el cambio de año. Justo cuando todo explosionó entre Luis Enrique y su estrella. El momento que fue capaz de cambiar un Año horrible en un Año maravilloso.

jueves, 29 de octubre de 2015

OTOÑO EN LA CHAMPIONS


Los Doce. Aquellos que aspiran al todo. Los elegidos. Para algunos pueden ser más. Para la mayoría, los más exigentes, sin duda bastantes menos…tal vez tres o cuatro escudos en una batalla donde solo puede quedar uno
Hoy les hablaré de los candidatos y su momento. Hoy haremos juntos un retrato a caballo entre los duelos en sus tierras, sus ligas, las más duras de Europa…y la Champions: El infinito por conquistar.


Foto cedida por Mediazines

El trono: Aspirantes por definición

Real Madrid, la dinastía máxima con 10 títulos y el penúltimo vencedor del mayor de los torneos de clubes. La reinvención constante sobre una esencia que perdura, que transpira su camiseta inmaculada juegue quien juegue, entrene quien lo entrene: Jugar para ganar. Ahora, con Benítez, la enésima vuelta al gatopardismo: “Si queremos que todo siga como está es necesario que todo cambie”
Y en esas está Rafa, si le dejan… Líder y único invicto en nuestra Liga tras pasar por Balaídos, donde otros galeones encallaron, San Mamés o el Calderón. Y en la Champions gobernó sobre el PSG buena parte del partido y en su mejor actuación de la temporada. Es curioso pero en algunos choques va de más a menos pero como equipo, duelo tras duelo, su progresión es notable cuanto más juega.
Su hándicap, y también su virtud hasta la fecha: Competir y ganar mientras supera las lesiones importantes, perdió hasta 5 titulares, y se arma al estilo de un técnico inconformista como Benítez.

Infinito Camp Nou. Foto Antonio Esteva


FC Barcelona, el último campeón ante el reto, el desafío desde el cambio de formato tras la Copa de Europa. Ningún ganador logró revalidar triunfo en la final de Champions y en los culés, el mundo del fútbol observa un grupo, que liderado por Messi, sería capaz de transformarlo todo, de romper con esa “maldición” del vencedor. 
Sin el argentino llega la duda pero también la oportunidad. El crecimiento y el lugar que muchos soñaron. Es el ahora. Es Neymar y su fútbol que codicia balones y jugadas hasta la cocina dejando rivales en el camino al gol, o al último pase. Es Luis. Los dos. El del banquillo y su prueba hecha a medida: sobrevivir y ganar sin Messi, cambiando esquemas, empleando fichas (cantera y fichajes) que son en realidad apuestas en el tapete desde su pizarra. Y el otro Luis. El hambre y la supervivencia. El gol y la batalla constantes. El foco, por fin, exclusivamente por su talento: Instinto. 


Los señores del Norte: PSG y BAYERN

Parque de los Príncipes. Foto cedida por Mediazines


La Gran Dama de París ya no juega solo a la seducción. Tampoco a la opulencia. Ahora practica fútbol y competencia. Interna y externa en ese Parque de los Príncipes donde la habitual niebla de la Ciudad de la Luz ha dejado de ser una cortina de humo, una coartada para técnicos laureados. Todos, hasta ahora, incapaces de traducir el dinero de los despachos en títulos a la altura de una inversión faraónica.
Hoy el PSG de Laurent Blanc es aspirante por derecho propio. Eliminó al Chelsea la temporada pasada con esa túnica que envuelve a los líderes bajo el fuego enemigo, y cayó, ya venía herido de muerte con tantas bajas, frente a todo un Barcelona en su mejor versión de la temporada.

Trapp, el cerrojo. Foto Mediazines
Visita el Bernabéu para jugarse el liderato del grupo, para obtener la garantía de un cruce a priori mejor en el Todo o Nada de las eliminatorias. Junto a su rival blanco, y el Bayern, el único invicto de las grandes ligas de Europa y de Los Doce que estamos analizando sobre el papel.
Anota 2,3 goles por choque y solo ha encajado 6 en 11 duelos. Ninguno en esta Champions. Solo el papel de Ibra y sus beneficios/daños colaterales en el juego del equipo, y la forma de Di María en las grandes citas aparecen como incógnitas a resolver por Blanc. La portería, con Kevin Trapp, parece caso resuelto. Al menos fue así ante el mejor Madrid hasta la fecha.


Munich: El resurgir del linaje teutón se debe a varios factores: cambio de fichas y de roles y un nuevo impulso desde la compleja pero genial mente de Pep Guardiola. Este Bayern es otro equipo. Parece que el híbrido entre la escuela holandesa, de toque y juego de posesión/posición, elevada al máximo en aquel Pep Team, y el rodillo alemán que no cesa hasta el pitido final, empieza a encajar en el Allianz.
El Bayern es capacidad en estado puro. Aunque a veces le falta, el fútbol como la vida no es perfecto, ejecución. Llevar a término el plan trabajado a conciencia en la sala de máquinas bávara.
Eso ocurrió en el último partido en Londres frente al Arsenal: Un equipo siempre asociado al balón, a futbolistas de toque, de velocidad y ataques alegres y constantes…El resultado fue victoria inglesa por 2-0. El partido habla sin embargo de una lección sublime de fútbol y estrategia de los alemanes. Cayeron por el acierto de Cech en una portería, por el fallo de Neuer, que también paró lo suyo, en la otra. Por datos, por sensaciones, por lo que más quieran, revisen el partido y juzguen ustedes mismos. El resultadismo siempre ganará, pero también se presta al camuflaje de carencias que el tiempo acaba poniendo al descubierto. Este Bayern irradia equipo sincronizado y muchas horas de trabajo. Este Bayern arrasa en la Bundesliga con pleno de victorias (10 de 10 partidos) y una media de 3,3 goles por choque y solo 4 tantos recibidos. Robben recién regresa, lo hizo con gol ante el Colonia pero son, además de Neuer, Douglas Costa, haciendo el rol de Messi, el fútbol de Thiago Alcántara, un killer como Lewandowski y sus 13 dianas, y el papel-sostén de Arturo Vidal entre otros quienes lo impulsan muy muy arriba. Y además tendrán un mes de pretemporada antes de octavos…  

Juventus: En la encrucijada

El tetracampeón italiano todavía está pagando el temporadón pasado que coronó en Berlín con la final de Champions.
Ha perdido piezas como Tévez o Vidal y está en la mitad baja de la tabla solo 6 puntos por encima del descenso, aunque a 8 del líder: la Roma. Dos rivales de los nuestros en esta Champions que se manejan de forma diferente en las dos competiciones. El líder capitalino lo está pasando mal en el grupo del Barcelona, la Juve, en el de la muerte con el Sevilla, lidera con 7 puntos y sin derrotas. La Vecchia Signora suma 3 partidos sin caer también el Calcio, síntoma de recuperación y puesta en marcha. El problema, y su ventaja el pasado año contra el Madrid y demás rivales, es que lleva los partidos a un guión poco abierto, a que sucedan pocas cosas…y todas controladas por los juventinos. Eso dice su media de poco más de un gol a favor por choque en Italia y algo menos en contra… La Juve sigue siendo un camaleón inquietante.


La Premier: Objetivo 10 en la Champions


La isla del ayer: City, Arsenal, United, Chelsea.

Wenger y Pellegrini: Líderes sin liderazgo Cuál es el plan? Mandan en su liga pero no dominan. Cuando uno observa el último derbi de Manchester, el 170 en total, o la citada “batalla de Londres” entre un Arsenal contra las cuerdas y el Bayern, se genera un pensamiento desconcertante. Algo está mutando en Inglaterra y su fútbol. Ya no solo sucede cuando salen a competir por Europa. La especulación jamás formó parte de sus decálogo pero estamos asistiendo a un espectáculo donde los actores representan una obra muy diferente a la esperada. Se acabó el romanticismo, el derroche ilimitado, abrir la puerta al rival para jugar un duelo en el que poco importa encajar si al final tu equipo acaba ganando aunque sea por un resultado más propio del tenis: 6-5 por ejemplo. Todo forma parte de un plan. Un nuevo orden entre los grandes del país: competir mejor para llegar más lejos. El City se está acostumbrando a ganar en los tramos finales de los choques. Así derrotó al Sevilla en el Manchester en el descuento por un futbolista, De Bruyne, absolutamente determinante. Solo por eso. 



Sevilla FC, el Coraje

Los de Unai, el autoexigente Emery, están elevando el nivel ahora en Champions, en el peor grupo posible para volver...
Llevan compitiendo años, sin receso, sin verano, entre Uefas ganadas a pulso y pulsos en las Supercopas de las más duras que se recuerdan. Se marcharon destrozados pero con la dignidad del que jamás se vio inferior al City, el gigante millonario. Y el derbi ante el Utd en Old Trafford lo confirma. Hasta el minuto 83 no hubo disparo u ocasión seria para romper el partido…de ninguno de los dos de Manchester.


El Teatro busca el sueño














No deja en buen lugar al aspirante citizen pero tampoco al Rey del Condado: el United de Van Gaal.


Distintos nombres, la misma piel.
Otro mutante en este lapso de tiempo. Ahora busca control
(y piernas, kilómetros) con y sin balón. Más centro del campo: Schneiderlin, Schweinsteiger, Ander Herrera, ayudan Mata y Rooney…Un equipo, un entrenador sobre todo, más cómodo cuando roba y sale al espacio, al error del oponente. 
Simplemente Van Gaal…


El Chelsea de Mou lleva los mismos 15 goles(10 partidos)de Premier que los diablos rojos de uno de su mentores:Van Gaal.
Pero ha encajado 19 por solo 8 de los de Manchester… y eso que Begovic, en ausencia de Courtois, no desentona. El problema es que Mourinho pretende, porque sabe que era necesario, matizar su modelo de juego para competir por la Champions una vez conquistada la última Premier. Por eso fichó a Cesc, a Pedro… para unirlos a Hazard y Diego Costa. Está fallando lo de atrás. El nivel de forma de Matic, y su pareja en el núcleo del esquema aún por encontrar, y la defensa…Modificar el estilo lleva tiempo. El bien más preciado, y más escaso, en la élite del deporte. 

Dos Chelseas. Un solo Mou


El fuego del Sur: Atlético y Valencia

Savia nueva: El Atleti 3.0 del Cholo

El golazo de Ferreira Carrasco escenifica el nuevo aire del cholismo. Simeone sabía que solo con garra, táctica a balón parado, defensa (aérea y a ras de hierba) y combate hasta la extenuación para matar al rival al espacio no bastaba. En su mejor temporada llegó hasta la final de la Champions porque dominaba también las dos áreas con Courtois y Costa. Su obra se titula Triunfo y ese apelativo, galón lo merece no solo por los títulos, incluida la Liga, a cuyo final llegó en la reserva. Cholo sabía que debía reinventar su proyecto. De ahí la irregularidad del principio, del proyecto por acometer. Griezmann es el gol decisivo, la velocidad y la diferencia en partidos que suman para los campeonatos. Carrasco, la calidad y el 1x1 que le faltaba al equipo cuando el rival lo espera. Oblak, el seguro de vida para los cruces al filo del todo o la nada…pero conjugar eso con aquello que no se ve, lo imponderable (los Tiago, Gabi y Juanfran) es lo difícil. Y Godín, el tutor de Giménez…

Mare Magnum Valencia 

Rodrigo estará fuera 3 meses. Y luego está lo de Negredo…
Entre tanto Alcácer, el niño de Mestalla, sigue marcando.
Ser o no ser no debería suponer el debate en el Valencia en este momento. Hay quien piensa en la falta de referentes, de rostros con los que el tradicional, y siempre elevadísimo, listón del valencianismo se sienta colmado. Nuno los llevó a la Champions. Nuno es el hombre del propietario. Nuno aparece en la diana cuando el resultado no se da, cuando el equipo(eso lo incluye también a él) no reacciona en mitad de la tormenta.
Viendo resultados y forma de jugar todo es irregularmente regular en el Valencia: nueve partidos de liga para las mismas victorias, empates y derrotas: tres. Menos de un gol a favor por choque y casi los mismos en contra, complicado ganar así.
Y en el campo, la sensación de no gobernar la nave, la suya, porque los rivales también juegan su batalla. La ansiedad se contagia del campo a la grada, de la grada al vestuario y corre como la pólvora… como la fuerza o la confianza que dan la victoria. Y ahí el Valencia también es un número uno.

Los Doce, los siete favoritos de (casi) todos y nuestros cinco equipos, cruzan el ecuador de la Primera Fase. El viaje hasta Milán no ha hecho mas que comenzar pero muchos, dentro de muy poco, ya habrán dicho adiós. En pleno Otoño. Una estación, la caída, en mitad de la Champions.

viernes, 25 de septiembre de 2015

TODOS LOS HOMBRES DEL DISIDENTE

Fuente www.bienvenidosasucasa.blogspot.com

Nunca fue un sillón cómodo. Ni siquiera para Johan Cruyff. Al flaco le sobraba sitio en el butacón frío e incómodo, casi hundido bajo la espesa hierba del Camp Nou. El holandés volador apenas se posaba en él. No necesitaba comodidades porque Johan jamás dejó de ser futbolista…Ni siquiera cuando tuvo que cambiar los chupachups por el paquete de cigarrillos.
Demasiados goles. Algunos errores y primeras críticas. Es el momento de otro residente de carácter en uno de los rincones más deseados pero más señalados al mismo tiempo: el banquillo del Estadi. Es la Hora Luis Enrique.

Entrar al trapo jamás fue un problema para el asturiano. En el ruedo de la prensa se maneja como lo hacía con los rivales en el rectángulo: A flor de piel. Siempre pegado. Roce puro y distancia solo para volver a embestir.
En su primer proyecto en la élite, como allenatore de la Roma, mantuvo un pulso con los medios. No solo fue por Francesco Totti...Como tampoco sucedió por el Caso Messi ya en Can Barça casi a estas alturas el curso pasado. En ambos casos, había algo más subyacente, más allá del principio de autoridad con los capos del vestuario: Totti-Messi. Se trataba de demostrar su valor como técnico en dos clubes de prestigio como Roma y Barcelona. No le falta razón, su razón, cuando hace días exclamó, siempre a medio camino entre el impulso y la ironía: “pero si me querías matar el año pasado a estas alturas!!”. En principio se está juzgando el juego de su equipo. Pero en realidad parece que también se examina su incidencia en el estilo-juego-éxito de este Barça del triplete, y que por ahora no aparece. Lucho, se defiende cuando compara este arranque con el del año pasado, con el de un equipo que culminó de manera magistral su temporada debut. Su Barça…en ambos casos. En los dos polos. En aquel Anoeta y este Balaídos. Y también en aquella Final de Champions del Olímpico de Berlín. Es el banquillo a quien se señala. Siempre. Es ese banquillo, tal vez hoy más que nunca, la razón del cambio.

Los hombres del míster

Sin Zubi, y a la espera del éxito total que aparecía en el horizonte, Luis Enrique demoró a conciencia su Ok a la renovación por el Club. Con el Triplete no solo ganaba la batalla mediática, también obtenía un mayor poder de decisión en el diseño de la plantilla. Solo así se explica la salida del Pedro El Grande para el mayor protagonismo de su apuesta, de Rafinha como alternativa a los intocables Messi, Neymar, Luis Suárez arriba. Iniesta apenas entra en la ecuación del tridente porque sin Xavi, Andrés es el organizador de todo, el hacedor-dominador de aquello que pasa en esa Zona Caliente, cerca de la frontal del área, tan suya, a veces a la espera del genio omnipresente Leo Messi.

Fondo de armario Vs Profundidad de banquillo

Conceptos diferentes para definir aspectos esenciales en equipos que aspiran a todo.
Desde siempre en baloncesto se ha hablado de profundidad de banquillo: Esa segunda unidad de jugadores, los menos habituales. Aquellos que son empleados por lesiones, sanciones o para descanso a los titulares de un plantel. Hablamos de un deporte, el basket, acostumbrado a jugar muchos partidos en un corto espacio de tiempo, con cambios ilimitados durante un encuentro. El deportista de vestuario sabe de su rol para el equipo en todo momento y su pelea reside en cambiarlo durante el curso, con el paso de los minutos disputados, de las oportunidades concedidas. El fútbol está entrando en esa dinámica de frenética acción-competición semanal en un calendario coagulado al máximo. Por eso los diseñadores de plantillas de equipos como Barça o Real Madrid calibran este aspecto: lo llaman rotaciones. Pero no siempre salen como se dibujan en la pizarra. La baja de larga duración de Rafinha, justo en Roma, al alza, en su momento cambio de rol en el equipo con la salida de Pedro y sobretodo la confianza del Lucho, destroza ilusiones y planes individuales y colectivos casi a partes iguales. Porque ahora viene aquello que en su día llamamos Fondo de armario: concepto del mundo de la moda que significa tener prendas básicas pero a la altura de cada ocasión: un smoking, camisa blanca, camiseta negra, unos jeans, una blazer, etc, etc…Traducido al fútbol actual: un portero que realice paradas ganadoras, un jugador de último pase, un extremo que rompa en el 1x1, un central especialista en el juego aéreo, un killer del área…Y todo esto se refleja, aunque ahora no lo veamos tan nítido, en la plantilla de cualquier gran equipo. Aquello de plantilla “coja o descompensada”. Está por ver porque la competición es larga y el tiempo el mejor de los jueces. Hablemos en este caso de la del FC Barcelona: Con los laterales rotos desde el verano, apareció el experimento Sergi Roberto al lateral derecho obra del tándem Luis Enrique-Unzué. Pero es otra lesión, la de Claudio Bravo, el arquero de la Liga, la que ha puesto en el punto de mira la confección del traje Barça 2015-2016. Por tanto gol encajado en el arranque se mira el descosido atrás y a Ter Stegen. El alemán es un excelente portero con el balón al pie. Saca medido, fundamental en el fútbol de hoy para ganar líneas sin arriesgar la posesión en campo propio, juega adelantado y por tanto libera de  metros de cobertura a los centrales como Piqué que suma uno más en la media para tocarla y jugar a 10, 20 o 40 metros, y está en permanente conexión con el juego-rondo que practica el Barça. Pero alguien que conoce muy de cerca el fútbol del hoy me anticipó hace tiempo que Stegen no era un cancerbero que destacase especialmente por paradas que pudieran decidir campeonatos. Ya saben que las áreas deciden los títulos… Ante Iago Aspas no pudo sacar ningún mano a mano. Es decir: si a su defensa adelantada le ganan la espalda por velocidad será difícil que el muro aguante en pie. No todo es suyo. El pasador del rival debe sentirse vigilado, estar  presionado para evitar un envío certero al hueco para dañar la defensa culé, y no hablemos de evitar pérdidas suicidas en la salida de balón en campo propio. Curiosamente una de las mejores armas del equipo de Luis Enrique cuando es él quien provoca ese error a su rival cuando va a cazarlo muy arriba en la presión. Las dudas aparecen por los resultados. Pero es cierto que el nivel de juego del equipo no aparenta la misma consistencia del pasado año. Muchas lesiones, no poder inscribir fichajes y el nivel defensivo que lo sostuvo para que Los Tres Tenores ganasen partidos para el resto. Pueden volver en cualquier momento y la Champions en el Camp Nou es el mejor escenario posible. Enfrente aparece un Bayer Leverkusen, quien a pesar de las salidas de este verano, conserva exquisitos y mordaces lanzadores de balón al espacio como el turco Hakan Çalhanoglu. A balón parado de los mejores del momento en toda Europa y con pelota corrida fiable al máximo para los suyos. Necesitará de contenedores como Lars Bender en el centro  y oportunistas audaces como Chicharito Hernández o incluso Bellarabi para sobrevivir este martes a las ganas de revancha de un Barcelona herido.  

Luis Enrique, el disidente por definición, el hombre que jugó y entrenó como sintió que debía hacerlo allá donde estuvo y pesase a quien le pesase, mira ahora a su banquillo en busca de respuestas y ve la mayor de las pruebas a una cantera prolífica pero lejos hoy de los Iniesta, Xavi o Messi que tanto fabricaron para cambiar el rumbo de este club en la última década.

Messi sigue siendo la llave maestra, y los resultados la mejor de las coartadas para continuar con un proyecto que continúa en marcha, que viene de ganar y mucho, pero ahora todos miran al entrenador-portavoz de la gran nave azulgrana en busca de la reacción desde el banquillo. El que hoy lo encierra, el que, hace solo meses, lo manteaba sin límites.